La vida de MICAELA VILLEGAS HURTADO, "La Perricholi", está muy ligada al Virrey Manuel Cayetano de Amat y Junient, quien gobernó el Perú desde 1761 con un estilo asombrosamente divertido, dinámico, farandulero y matizado con un interesante crecimiento económico y bélico, junto a una desusada protección de las artes. Lima era entonces la capital esplendorosa de los virreyes. Ahí residía la concentración del poder, las armas, la burocracia y la iglesia católica que provenía de un oscuro y cruel período de inquisición.
El virrey, aparte de tener una personalidad de militar impecable, fue muy aficionado a las reuniones y tertulias, las que disfrutaba en palacio a donde llegaban los artistas de aquella época. Fue justamente en una de aquellas noches, que apareció una artista mestiza de un teatro de Lima, quien era bailarina y cantante de privilegiada voz, llamada MICAELA VILLEGAS HURTADO. A pesar de no ser muy agraciada, era una mujer de gran simpatía y encanto, lo que cautivó al ya sexagenario Virrey. Éste, más tarde la llamaría "Perricholi", nombre con el que fue conocida por siempre. El Virrey solía pasear en su lujosa carroza y a su lado siempre iba la Perricholi. Estos paseos motivaban los chismes de la sociedad limeña, que tenía casi la certeza de la existencia de un romance entre el virrey y la Perricholi.
De lo que sí todos están seguros es que Micaela Villegas indirectamente propició muchas de las obras que el Virrey mandara construir en nuestra Lima de antaño, que hasta hoy le dan prestancia. Allí están de latentes testigos "La Alameda de los Descalzos", "La Quinta Presa" y el "Paseo de Aguas". Se cree que como fruto de los amoríos del Virrey y La Perricholi, nació Manuel d'Amat y Villegas, quien fuera uno de los firmantes del Acta de la Independencia del Perú, el 28 de Julio de 1821.
Los amores terminaron cuando el Virrey regresó a España en 1776 y se retiró de la vida pública. La Perricholi ingresó a un convento de Monjas Carmelitas en Lima, donde falleció el 16 de mayo de 1819.
El virrey, aparte de tener una personalidad de militar impecable, fue muy aficionado a las reuniones y tertulias, las que disfrutaba en palacio a donde llegaban los artistas de aquella época. Fue justamente en una de aquellas noches, que apareció una artista mestiza de un teatro de Lima, quien era bailarina y cantante de privilegiada voz, llamada MICAELA VILLEGAS HURTADO. A pesar de no ser muy agraciada, era una mujer de gran simpatía y encanto, lo que cautivó al ya sexagenario Virrey. Éste, más tarde la llamaría "Perricholi", nombre con el que fue conocida por siempre. El Virrey solía pasear en su lujosa carroza y a su lado siempre iba la Perricholi. Estos paseos motivaban los chismes de la sociedad limeña, que tenía casi la certeza de la existencia de un romance entre el virrey y la Perricholi.
De lo que sí todos están seguros es que Micaela Villegas indirectamente propició muchas de las obras que el Virrey mandara construir en nuestra Lima de antaño, que hasta hoy le dan prestancia. Allí están de latentes testigos "La Alameda de los Descalzos", "La Quinta Presa" y el "Paseo de Aguas". Se cree que como fruto de los amoríos del Virrey y La Perricholi, nació Manuel d'Amat y Villegas, quien fuera uno de los firmantes del Acta de la Independencia del Perú, el 28 de Julio de 1821.
Los amores terminaron cuando el Virrey regresó a España en 1776 y se retiró de la vida pública. La Perricholi ingresó a un convento de Monjas Carmelitas en Lima, donde falleció el 16 de mayo de 1819.
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